El rubí y el zafiro pertenecen a la misma familia |
El Corindón es una de las gemas más utilizadas actualmente en la joyería. Sus variedades gemológicas, rubí y zafiro son piedras preciosas muy importantes en el comercio mundial, y por derecho propio figuran dentro de las llamadas gemas de elite.
Se trata de un oxido de aluminio que en estado puro es totalmente incoloro. La presencia de elementos cromóforos le proporciona color produciendo así sus diversas variedades gemológicas.
Estas gemas poseen unas propiedades que son comunes para todas las variedades que forman parte de la familia de los corindones. Su dureza es elevada, 9 en la escala de Mohs (la máxima dureza en la escala de Mohs es 10, típica del diamante), los zafiros suelen ser algo más duros que los rubíes. Es una gema muy densa, siendo una de las gemas naturales con mayor peso específico (3,90/4,10). En cuanto a la transparencia, varia de muy transparente a opaco, aunque los ejemplares de calidad son los más transparentes. Los tonos de color intenso, sobre todo en los zafiros, condicionan esta propiedad y los hacen semitransparentes.
Los principales yacimientos de los corindones se encuentran en Myanmar (rubíes), India y Campuchea (zafiros).
Según el elemento cromóforo que aporte el color a la gema, podemos hablar de:
- Rubí: De color rojo. Su gama de colores varia del rojo muy intenso, conocido como sangre de pichón, que es considerado como el de más calidad, al rojo pardusco, morado o violáceo. En el color, además de influir la cantidad de cromo, también influye la presencia de otros elementos colorantes como puede ser el hierro que oscurece el tono, agranatándolo.
- Zafiro: De color azul e intensidad suave. Existen 2 tipos de zafiros azules: Los de Tipo I que no llevan Fe3 y entre los que se encuentran los de Sri Lanka, Tanzania y algunos de Cachemira (India), y los de Tipo II, con Fe3+ como los de Australia, Tailandia y Campuchea